miércoles, 23 de mayo de 2018

La polémica


Tal y como se viven los acontecimientos políticos era impensable creer que la caída en desgracia de Cristina Cifuentes no iba a tener consecuencias.
La ex - presidenta de Madrid apostó por la recompensa que recibe mediocridad siempre y cuando se tenga absoluta predisposición al envilecimiento. Una vez que Cifuentes fue nombrada Delegada del gobierno en Madrid  se apresuró a mostrarse sumisamente complaciente.
Cifuentes encontró en la abdicación del Emérito y la coronación del “Preparao” el teatrillo adecuado para poner en primer plano sus habilidades.
Más tarde la Delegada se arrepintió de la brutalidad del dispositivo policial. El despliegue protector con el que blindó al muchacho Borbón y a la locutora televisiva  alcanzó tintes de epopeya: NI una tricolor en el recorrido de la comitiva aunque fueran en forma de pegatina, bufanda o insignia en la solapa.
El evento terminó convirtiéndose en una glorificación popular sazonada con una represión real. Se cumplió escrupulosamente la máxima de “rey aclamado por pueblo reprimido”.
A partir de ahí la ascensión a los cielos “PPmarianos” de Cristina coincidió con la caída a los infiernos “PPaguirrerianos”. Mariano sube, Aguirre cae, Cifuentes fluye… “Be water my friend”
Todo iba bien hasta que un hedor de máster-trucho y el  incidente de las cremas de Eroski aceleraron el descarrilamiento de la brillante carrera política de uno de los iconos de la altiva “meritocracia” neo-liberal.
Después del “No me voy, me quedo, me voy a quedar…” llegó la realidad: la Presidenta del PP de Madrid sufrió la desconexión de los afines. Hoy Cifuentes es historia.
La pujanza juvenil de  Pablo Casado también se ha visto enturbiada por un quítame allá esas pajas.
El ex - Presidente Nacional de Nuevas Generaciones - aupado a Vicesecretario de Comunicación del PP - no parece ser una persona tan brillante como proclamaba. Sus méritos y  formación académica plantean muchas incertidumbres.
Ahora conocemos que la carrera de derecho la cursó en largos y cómodos plazos repartidos entre  “El Instituto  Cisneros”  y otra institución de pago llamada  ICADE.
Por lo que sabemos ICADE y el Instituto Cisneros son entidades de enseñanza para quien pueda permitírselas. Esto representa un ejemplo del avance para desmontar la enseñanza pública. La formación para quien la paga es el nuevo grito de los cachorros del PP.
Los amos del cortijo debieron de pensar que dos fiascos en las portadas informativas eran más que suficientes. Tenían que buscar la manera de contrarrestar tanta negatividad.
Por allí paseaba una pareja de peligrosos bolivarianos: una brillante y joven psicóloga acompañada de un profesor universitario. Casualmente eran la Portavoz y el Secretario General  de la emergente tercera fuerza política del Congreso de Diputados. Una formación nacida del descontento y la indignación.
¡Qué fantástica oportunidad para desviar la atención! ¡La Caja de ahorros de Ingenieros les había concedido un crédito hipotecario!
¡Una pareja de jóvenes hipotecados de por vida! Qué raro. Ya no se daban Hipotecas basura.
La mezcla de babosos fluidos emanados por las fauces de Rafa Hernando, Eduardo Inda, Paco Marhuenda y otros  “lumbreras” convirtieron el pavimento en un encharcado campo de patinaje.
Irene y Pablo quisieron librarse de las críticas. Para ello se esforzaron en dar una explicación política a un caso merecedor del más absoluto desprecio.
Fue un tremendo error. No se debe  intentar dignificar a un  pueblo acostumbrado a ser sodomizado por los poderosos. Que un igual destaque resulta insoportable para los nacional-católicos de pandereta.
Por lo que conocemos  hay varias maneras de alcanzar una vivienda en propiedad o alquiler.
La más común debería ser trabajando y teniendo un sueldo digno. Posibilidad rara hoy en día y solo al alcance de algunos jóvenes afortunados entre los que podemos encuadrar a Irene y Pablo.
Otra manera es buscando en los bajos fondos de la sociedad y lograr un mecenazgo potente. Tipo Albert Rivera y su vivienda de más de un MILLON de euros o alcanzar suficiente cualificación  trucha como Cifuentes y Casado.
La probabilidad de tener una madre alcaldesa de Madrid que regale viviendas sociales a fondos buitre para que especulen con ellas únicamente está al alcance de los hijos del  ideólogo de FAES.
La última posibilidad aunque la más efectiva es la de Felipe UVE PALITO.
El Preparado quiere un palacio-casa y el resto de memos patrióticos se la pagamos. La periodista viene de regalo en la promoción.

domingo, 13 de mayo de 2018

Una indecencia histórica


Después de arduos debates el Gobierno presidido por José Luis Rodríguez Zapatero consiguió la aprobación parlamentaria de la denominada Ley de la Memoria Histórica.
También podía haber bailado una polka y el resultado legislativo hubiera sido exactamente el mismo: cero patatero.
Acosado  por la derecha más rancia (los poderes fácticos) nunca encontró entre los compañeros  de su partido el calor y el amparo necesario.
Sus carencias en el ámbito económico le invitaron a dejar las cuestiones importantes en manos de un neoliberal como Pedro Solbes. Las intervenciones del Presidente estuvieron marcadas por sus ansias de agradar y propició  una bajada de impuestos durante la gestación de la crisis. Más adelante puso la guinda con el cheque bebé.
Esta medida  le hizo gracia a la revista satírica El Jueves que le dedicó una portada. Un magistrado ultra defensor de la esencia monárquica no la entendió bien  y secuestró la publicación por considerar que ridiculizaba el arduo trabajo de ser aspirante a rey.
Alguien debería haber explicado al Juez secuestrador la necesidad que tienen los monarcas de copular hasta engendrar, pues una vez asegurada la descendencia la monarquía reafirma su permanencia en el momio. Siempre y cuando el hastío de la población no promueva que sean expulsados de sus predios.
En España echamos a Alfonso XIII pero los Borbones buscaron una solución y  encontraron a un general sin escrúpulos que ejerció de verdugo.  Tras limpiar el panorama de disidentes - sin que importaran mucho las víctimas - el militar restituyó en la Jefatura del Estado al elegido de la dinastía.
Antes nos obsequió con cuarenta años de salvaje represión y como colofón regaló el trono al nieto del monarca expulsado. Así de fácil se cierra el círculo de la simbiosis que existe entre la monarquía española y las dictaduras criminales.
Deshacer injusticias sociales era una de las aspiraciones legislativas de Zapatero. Con esa finalidad impulsó la ley de matrimonio entre personas del mismo sexo y la conocida como Ley de la memoria histórica. Fueron ambiciosos proyectos llevados a cabo con distintos resultados.
La Ley de matrimonio hizo estallar las calles bajo la consigna defensora de la familia tradicional. Las organizaciones ultra católicas movilizaron a sus seguidores usando la amenaza del diablo socialista y desde los pulpitos la Conferencia Episcopal  inflamó los ánimos. Naturalmente el PP se apuntó a la fiesta para conseguir un puñado de votos entre los beatos.
Para entendernos, unos integristas religiosos no admitían que las personas pudieran organizar su vida en torno a sus derechos civiles.
Otros tipos atrapados en sus sotanas y sin nada de responsabilidad ni experiencia familiar argumentaban en contra de las familias nacidas del amor entre las personas.
Eso lo hacian después de proteger y ayudar a los miles de pederastas que merodeaban y todavía pululan por sus parroquias, diócesis, arzobispados y cabildos.
Invitados a la verbena los políticos del PP  recurrieron y lucharon contra la disposición legislativa hasta que se dieron cuenta del avance que representaba. A partir de entonces la utilizan y se casan.
En cuanto a la Ley de la Memoria Histórica sus consecuencias quedaron muy lejos de  sus pretensiones  y aún más alejadas de los deseos de llevar a cabo un desagravio digno de las víctimas del franquismo.
La envidiada sociedad alemana nos ha obsequiado con una ilustrativa muestra al juzgar y condenar a la señora Ursula Haverbeck. Ya ha ingresado en prisión para cumplir 2 años de condena por el delito de negación del Holocausto.
Sin embargo en la patriótica España la apología de los crímenes franquistas sigue siendo premiada en forma de subvenciones a la infame fundación Francisco Franco. Mientras continúan manteniéndose los títulos de nobleza con Grandeza de España para los herederos del dictador. Los títulos nobiliarios los otorga y retira el monarca. En 1975 Juan Carlos I se lo concedió a Carmen Franco y en 2018 Felipe VI lo mantiene para sus herederos.
Encontramos muchos ejemplos significativos de la anacrónica situación en España. El policía acusado de torturas González Pacheco (Billy el niño) percibe un añadido del 15% de su pensión por tener una condecoración gratificada. La distinción le fue concedida en plena catarsis hacia la democracia por el entonces Ministro de Gobernación Rodolfo Martín Villa. Hoy en lugar de reprobación le mantenemos el premio concedido por su salvajismo.
Desde Argentina la jueza María Servini nos regala una lección de decencia jurídica imputando al ex ministro afín al “Glorioso Movimiento Nacional” por crímenes de lesa humanidad. En España Rodolfo es agasajado como un padre de la Patria.
La Ley de la Memoria Histórica necesita ajustar algunos parámetros para ser de verdad una ley:
En primer lugar derogar las leyes que se oponen a ella. Entre otras la chapucera Ley  de amnistía política o “Ley de punto final” diseñada para absolver los crímenes del régimen del 36. Con esta medida se hubieran podido juzgar los delitos perpetrados durante la dictadura y a los criminales que los cometieron. Tal como se hizo en Alemania, Italia, Bulgaria, Japón y más recientemente en Argentina y Chile.
Modificar el código Penal para incluir los delitos de exaltación de golpistas y sus apologías. Equiparar las penas  que se imponen en Alemania por el menosprecio del Holocausto nazi y las que corresponderían por la negación de los horrores  cometidos durante el régimen de Franco.
Por último establecer los plazos para el cumplimiento inexcusable de la ley y las penas por sus infracciones.
Es inadmisible que en los ayuntamientos se debata como desobedecer la ley para mantener los honores a los asesinos.
Aunque aún son más intolerables los silencios de jueces y fiscales cuando la desobediencia se produce.

martes, 8 de mayo de 2018

El comunicado


Recordamos cuando era imprescindible que pidieran perdón a las víctimas y que mostraran arrepentimiento ¡Qué tiempos aquellos en los que lo importante eran los gestos y no los resultados! El 27 de Junio de 1960  ETA colocaba una bomba y fallecía abrasada la bebé de 22 meses Begoña Urroz Ibarrola.
En la actualidad se considera que esa fue la primera víctima mortal de la banda terrorista. Comenzaba un periodo sangriento en el cual el Estado de Derecho no siempre ha actuado respetando la legalidad, basta con recordar episodios tan vergonzosos como los protagonizados por los asesinos del Batallón Vasco Español o los GAL.
El ex – Secretario de Interior Rafael Vera, en su última entrevista concedida a una cadena de Tv, intentó presentarse como un hombre sobrepasado por las circunstancias ¿Qué circunstancias? Pues aquellas que – según él – le obligaron a convivir en el Ministerio del Interior con actuaciones al margen de la ley. Pretendió justificar las cloacas del Estado utilizando el argumento de la suciedad de otros Estados (Reino Unido, Alemania...) La justicia ya le ha juzgado y condenado. La historia no le va a absolver a pesar del indulto del Gobierno de Aznar y por mucha dosis de patrioterismo barato que intenten  inculcarnos.
Ha habido que recorrer un largo sendero jalonado de muertes y sufrimiento para llegar al final. Un final que el día 4 de mayo de 2018 interpretaba la banda terrorista en el  palacete de Villa Arnaga, localizado en   Cambó les Baines.
La escenificación estuvo acompañada de observadores internacionales y por los Partidos Vascos (PNV EH-Bildu y Podemos) que enviaron representación al evento.
Después del comunicado de disolución de la banda terrorista y la siguiente oficialización, las respuestas obtenidas por dejar de matar han sido más que tibias. En realidad las posturas ante la desarticulación han sido bastante frías y muy críticas por eso la pregunta: ¿No era eso lo que se quería?
Es cierto que el perdón solicitado ha distinguido entre diferentes categorías de víctimas, tampoco los arrepentimientos han parecido sinceros ni  inequívocos.
Con estas premisas, las declaraciones de destacados miembros del Gobierno no han ayudado gran cosa a apaciguar los ánimos ni a serenar los espíritus.
Las diferentes asociaciones de víctimas han mostrado su descontento  con el “casi perdón”  y con la dosis  homeopática de arrepentimiento.
Las razones de su insatisfacción serían muy discutibles, pero no se van a cuestionar salvo que se quiera correr el riesgo de caer en manos de algún fiscal con medio microgramo de cerebro y exceso de dosis de poder. Se le puede ocurrir presentar una imputación por  ofensa a las víctimas, así que para ahuyentar problemas con la ley mordaza ahí lo dejamos.
El presidente Rajoy no encuentra motivos de celebración al hecho de que desaparezca una banda de asesinos. En cambio ha dado un giro sustancial en cuanto a su opinión sobre los otrora malvados Rodríguez Zapatero y Pérez Rubalcaba.
Parece que ya no son rompe patrias, ni traidores al sufrimiento de las víctimas, ni falsos españoles que se venden al terrorismo.
Ahora son personas con un indiscutible valor por su participación gubernativa en la lucha contraterrorista. Uno como Presidente del Gobierno, el otro como Ministro del Interior. Ambos denostados en sede parlamentaria en una de las intervenciones  más soezmente perversa del Rajoy oposición utilizando  el terrorismo como ariete político.
Una de dos: o Rajoy era antes un inconsciente que utilizaba el sufrimiento como arma política o en la actualidad es un hipócrita. O ambas cosas y al mismo tiempo. Nada descartable esta última opción atendiendo a la personalidad del individuo.
El cese de la violencia es una buena noticia y el abandono de las armas una imperiosa necesidad que debe ser valorada en su justa medida. Sí era algo que se buscaba y deseaba ¿Por qué esa actitud de menosprecio actual?
Ni la falta de un arrepentimiento adecuado ni la ausencia de la petición de perdón son argumentos para menospreciar el cese de la actividad armada. Los arrepentimientos y los perdones mejor los dejamos para las confesiones de quienes utilicen ese servicio de los curas. En la vida social y jurídica lo adecuado es utilizar las sentencias, las leyes y los tribunales.
Las palabras no resultan del todo inocentes cuando quieren decir exactamente lo que se piensa. En ese contexto es complicado entender la falta de entusiasmo de personas concernidas en la lucha contra el terror y al mismo tiempo la ligereza  de algunos fiscales al calificar como delitos de terrorismo peleas de bar. Estos comportamientos como mucho tendrían la calificación de delitos de agresión, aunque en condiciones normales ni siquiera pasarían de meras faltas de lesiones.
Para conseguir sus propósitos retuercen la ley.
Lo hacen de forma tan sectaria que el uso institucional de recursos para mantener viva la llama del terror a cualquier precio provoca nauseas.