miércoles, 15 de junio de 2016

Alfonso Guerra en campaña

El día después tenía la tentación de hablar acerca del cacareado debate a cuatro con el que fuimos castigados la noche del día 13 ¡Qué habremos hecho para merecer semejante castigo!, afortunadamente he vencido la tentación y me dedicaré a otros menesteres. Bueno “casi” la he vencido, un poco de debate sí que voy a nombrar, aunque sean solo unas pinceladas:
Rajoy de plasma y perfil, esperando que pase la tormenta y lamentando que Piqué marcara el gol que daba a España la victoria en su debut en la Eurocopa ¡me cachis que fatalidad! Ahora a ver a quien pitan los “españolistas”. Mariano, como buen opositor enchufado, reprobaba a sus compañeros de plató exhibiendo su larguísima experiencia en las labores de Estado. Si lo dice por tiempo de permanencia alguien debería recordarle que hay  macetas de ficus en todos los ministerios por los que ha pasado (muchos por cierto) que llevan bastante más tiempo que el que ha estado él y con mejores resultados. Son legendarios los rumores acerca del inmovilismo y vagancia de Rajoy; si no hacer nada es su merito deberíamos saber que las plantas se mueven menos que el Registrador.
Por si acaso se refiere a su trabajo en las mencionadas funciones ministro/presidenciales, tenemos que aclarar que  hay infinidad de grapadoras en el inventario con bastante más utilidad que las que nunca ha exhibido D. Mariano. De la corrupción “ya y tal”.
Su clon/escudero Rivera le guardaba las espaldas ocultando el puñal en la faltriquera, amagaba con atizar a Sánchez y sacudía a Iglesias. Estrategia de un perdedor que busca morir matando. Dejó para el final la puya de las corrupciones destinada al “Señor de los Hilillos”. Un gesto dirigido a sus patrocinadores del IBEX 35 para recordarles que cuando caiga “El indolente Mariano” ahí está él.
Iglesias se travistió de chico bueno, es lo que tiene ser un socialdemócrata de última hora. Los principios ideológicos se cambian por votos y el mercado dice que hay mayor cantidad de pusilánimes que de revolucionarios, él sabrá qué país quiere construir.
En su estrategia le tendía la mano a un cadáver (Sánchez) a sabiendas de que el día 27 el pobre Pedro pasará a ser un humilde peón de brega de doña Susana.
De Pedro Sánchez poco que decir, parodiando a Sabino Fernández Campos ni está ni se le espera. Pedro se enrocó en unir a PP y Podemos como estrategia descalificadora  similar a la que en su día  otorgó réditos políticos a papá Felipe… ¡La pinza, qué viene la pinza! Esta pinza otrora la construían Aznar y Anguita; para Pedro los urdidores actuales son Rajoy e Iglesias. Papá Felipe le ha querido transmitir su experiencia en manipulación de masas y se ha olvidado de pasarle el capitulo en el que las masas hartas de memeces señalan el camino de salida al manipulador: Capitulo año 1996 titulado “Felipe dedícate a la cría de bonsáis y al diseño de joyas”.
Y hasta aquí las pinceladas de la partida de póker. Ahora se abrirán las apuestas para dictaminar el vencedor, vano intento, en los juegos de azar siempre gana La Banca.
Durante el debate alguna intervención hizo mención a los pactos post-electorales, hubo algún ofrecimiento y tímida clarificación de posturas. El indescifrable volvió a ser Pedro. Como mártir sacrificado en aras del bien del PSOE mantuvo en la incertidumbre su postura posterior. El pobrecico todavía no se ha dado cuenta que ya  no será su postura, será la de sus sucesores y exterminadores políticos. Aun no ha percibido el olor a cadáver que emana de su atlético cuerpo.
Incapaz de rebelarse y ejecutar el obligado cometido de asesinar políticamente a sus padres (más bien a sus abuelos) ha creído la patraña   de que él era el Secretario General de PSOE. No hijo, no, el Secretario General del PSOE es Felipe “Corleone” González y la familia es la familia. Zapatero, que no es muy listo, se dio cuenta rápido o le hicieron darse cuenta pronto poniendo a su lado al guardaespaldas Rubalcaba como último bastión del felipismo avasallante.
Esta caterva de viejos egoístas no necesitan mucho para salvar sus intereses, desdentados como están con un filete de pechuga de pollo les llega, pero el poder ¡Ay el poder! Los fastos, el reconocimiento; sin eso no pueden vivir, si alguien lo duda que le pregunte a Alfonso Guerra.
Guerra, “Arfonso”, es uno de los personajes más controvertidos de la escena política española. Azote de la derecha privilegiada durante su estancia en la oposición, cuando llegó al Gobierno la imitó a la perfección. De esa forma estructuró su comportamiento en el poder.
Del “A este país no lo va a conocer ni la madre que lo parió” pasó a no reconocerse ni él mismo cuando se cercioró de su posición, incluso  llegó al disparate de usar aviones de las fuerzas armadas para desplazarse con sus ligues. Su frase “el que se mueva no sale en la foto” sirvió para beneficiar los negocios de su “hermanísimo” y con mano de hierro se  convirtió en un poder omnímodo dentro del partido socialista.
Esa momia caduca es la que el PSOE ha rescatado para salvar los muebles electorales. Retirado de la escena ha sido recuperado para intentar movilizar a los incondicionales.  La localidad zaragozana de Utebo ha sido el escenario elegido para la representación de su último monologo y la conclusión es evidente: Con semejantes reliquias sacadas del pleistoceno el PSOE tiene poco  recorrido. A estos tipos que constantemente se muestran pendientes de sus privilegios  no les preocupa el futuro del partido y francamente: A nosotros tampoco.

Del verbo afilado que poseía queda el rencor y bastante “malaje”. A Alfonso ya no le reconoce nadie, viendo en lo que se ha convertido hay que ser muy “guerrista”  para encontrarle la  gracia.   

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