martes, 23 de febrero de 2016

El Ministro y Marcelo

No sabemos muy bien si hablaba él o era el angel de la guarda Marcelo caracterizado de Jorge Fernández el personaje que nos dirigía un sermón con la única finalidad de convertirnos.
La estrategia que usan los abducidos llevan siglos perfeccionándola, la repetición de una estupidez hasta que arraiga en nuestro ADN y se convierte en parte fundamental del pensamiento ¿Quién no recuerda las oraciones que constantemente teníamos que repetir en nuestra tierna infancia?
Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa…, una y otra vez hasta que nos sentíamos sucios y culpables de los males de la humanidad. La base del éxito estriba en la repetición desaforada en el ambiente y escenario adecuados.
La última ocurrencia del Ministro en funciones ha sido descalificar el funcionamiento de su propio Ministerio - Policía y Guardia Civil -, de la Judicatura, la Fiscalía, el Consejo General del Poder Judicial, el Ministerio de Justicia y de paso aprovecha para cuestionar la separación de poderes. Todo porque los delitos de corrupción masiva comienzan a no ser una mancha en el PP sino que están convirtiendo al Partido en una tenebrosa mancha del sistema.
En sus declaraciones televisivas el Ministro (o Marcelo) atribuye intereses espurios a todos esos organismos del Estado insinuando que están al servicio de otras fuerzas políticas rivales.
La crítica, en realidad, va dirigida a los más de 22 millones de votantes que no otorgaron su voto al PP en las elecciones del 20 de Diciembre.  Para Fernández tan solo los 7 millones de sus votantes merecen respeto. La prédica en esta ocasión va encaminada a grabar a fuego en nuestras conciencias la solución buena para la Patria, pero solo para “su” patria, la de ellos, la buena la “como dios manda”, la de misa diaria y recortes sociales, la de medallas a la virgen y entorpecimientos a la Justicia, la que advierte a los socios europeos del peligro que acecha a sus inversiones si acede al gobierno una formación que no sea la ungida por el angel Marcelo, la que se defiende de la “peligrosa” invasión de inmigrantes sin papeles ocasionando su muerte en las playas de Ceuta.
Este y todos los ministros deberían estudiar con detenimiento el sistema parlamentario que tenemos en el cual no gana el que más votos tiene sino aquel que consigue parlamentarios suficientes para confeccionar una opción de gobierno. No gana quien obtiene 7 millones, por el mismo razonamiento debe admitir que ha perdido al tener 22 millones en contra.
Seguirá Jorge Fernández con sus peroratas y acusaciones, será imposible parar sus letanías, una vez ha abierto el melón de la repetición de una consigna continuará en su empeño hasta que el cansancio nos haga pensar que tiene razón. Los apesebrados  voceros le darán la difusión adecuada.
La única opción que nos queda es esperar que comience a pedir responsabilidades en su propio Ministerio y tome medidas contundentes cesando al Director General de la Guardia Civil por permitir que el cuerpo armado dedique una unidad tan especial como la UCO (veladamente acusada de estar dirigida por algún partido maligno)  para perseguir exclusivamente la corrupción del PP.
Por la misma razón los responsables policiales tampoco deberían quedar al margen de la mano firme y acción limpiadora del pio Ministro.
Claro que algo tendrán que decir el Ministro de Justicia, El Fiscal General del Estado, El Consejo General del Poder Judicial cuando han sido salpicados de inmundicia. Meditando un instante tendrían que llegar a la conclusión del feo papel que les ha sido atribuido por el Ministro en funciones.
La reacción de PSOE no se ha hecho esperar, inmediatamente pidieron la dimisión del Ministro; será en vano. Cuando estudiaron cantando la conjugación del verbo dimitir el pequeño Jorgito tendría paperas y llego a clase cuando ya iban por la segunda persona de singular… tu dimites, él dimite. Pidió permiso para ir al escusado y a la vuelta la canción continuaba en…  vosotros dimitís, ellos dimiten.
Seguramente los 22 millones que NO han votado al PP no necesitan que cesen o dimita el ministro, les basta con que NO le sea concedida mas prorroga, con acabar urgentemente con su condición de “Ministro en disfunciones”.

Ya no es necesario pedir su dimisión, con desalojarle democráticamente del Gobierno es suficiente.  Eso sí, cuanto antes. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario