sábado, 27 de febrero de 2016

Indignación

El pasado 22 de febrero fue asesinada una mujer en Zaragoza, una nueva víctima, una más, de la violencia de género. Ya van… muchas, demasiadas, una sola ya es inadmisible, cualquier cifra que supere el cero absoluto es un horror.
Da la impresión que en esta ocasión se han unido varios factores para que el criminal acabara con éxito su macabro cometido, sin embargo algunos sobresalen por encima de todos: La falta de protección de una mujer amenazada y la nula vigilancia a la que el agresor estaba sometido. Llevando a cabo  cualquiera de estos parámetros se hubiera dificultado la actuación del asesino.
Naturalmente la puesta en marcha de esas medidas de seguridad supone un coste, el cual, por otra parte, es infinitamente menor que las sobredimensionadas medidas de protección que se adoptan cuando cualquier cargo público percibe que puede ser abucheado, silbado o increpado. Sus nobles oídos  tienen que ser salvaguardados de los improperios.
Cuesta trabajo creer que el grado de ruindad de las Instituciones sea de tal calibre. Pero los hechos dejan poca alternativa a otro pensamiento.
A día de hoy es relativamente fácil marcar con medios electrónicos áreas de exclusión para estar al tanto del acercamiento de un potencial agresor a su víctima. No son necesarios grandes despliegues para conocer la posición de una persona a través de su teléfono móvil. Sería una sencilla forma de saber que la violación de las medidas de alejamiento puede desembocar en un asesinato.
No prevenir el posible fatal desenlace muestra tal carencia de diligencia que provoca nauseas ¿Para qué necesitamos leyes sí no somos capaces de hacerlas cumplir?
¿Cuál es la finalidad de la ley de violencia de género? La contestación a esta sencilla pregunta tendría que ser inmediata: Otorgar protección a las posibles víctimas.
Somos plenamente conscientes que para que haya protocolos eficaces es imprescindible dotar de partida presupuestaria a los departamentos encargados de llevarlas a cabo, no hacerlo supone un brindis al sol, una representación para la galería.
Son demasiadas veces las que tenemos que repetir ¡Ni una más! Nos estamos quedando sin voz de tanto gritar.
Mientras se produzca una sola muerte, las autoridades tendrán que asumir su estruendoso fracaso ¡basta ya de escenificaciones vacías! No hace falta ser muy listo para darse cuenta que para que una norma sea eficaz se necesita obligatoriamente una dotación presupuestaria. Los lamentos posteriores no sirven para nada, salvo que en lugar de dirigentes políticos tengamos en los puestos de responsabilidad payasos de opereta con la exclusiva finalidad de entretenernos en las tardes de domingo.
Menos ruedas de prensa presentando condolencias y más trabajo e imaginación para aportar soluciones. Y si no se les ocurre ninguna que se vayan, que se retiren, que descansen y nos dejen descansar.
Las disculpas posteriores sirven de poco, las muertas seguirán muertas y los que deberían responder de su seguridad no se pueden esconder tras discursos vacíos para eludir su responsabilidad.
Con la muerte de Soraya Gutiérrez se han descubierto todas las carencias de una Administración trasnochada, inoperante  y caduca. El Delegado del Gobierno en Aragón fue incapaz de prevenir nada. Nada de nada.
¿Es responsable de su muerte? Pues no, categóricamente no. En cambio el no articular medidas preventivas de seguridad efectivas ha desembocado en que no siga viva. Cada cual que establezca su propio pensamiento.
En la comparecencia en el Pleno del Ayuntamiento de Zaragoza la concejala del PP Reyes Campillo trató de convencer con lloriqueos de la bondad personal del señor Gustavo Alcalde a los partidos y asociaciones que presentaban la reprobación. No entienden nada. No se trata de dilucidar si es bueno o malo, eso lo dejamos para su ámbito personal, se trataba de poner en valor su actuación como dirigente político y en ese examen obtuvo un clamoroso suspenso.
La reprobación solicitando su cese resultó aprobada, gesto por otra parte inútil. Ni va a dimitir ni le van a cesar. Para cualquiera de las dos opciones es imprescindible tener más talla moral de la que exhiben.

Probablemente no sea maldad y lo que les condiciona es la torpeza. Pues bien; es preferible un malo a un tonto: Un tonto no descansa nunca.

martes, 23 de febrero de 2016

El Ministro y Marcelo

No sabemos muy bien si hablaba él o era el angel de la guarda Marcelo caracterizado de Jorge Fernández el personaje que nos dirigía un sermón con la única finalidad de convertirnos.
La estrategia que usan los abducidos llevan siglos perfeccionándola, la repetición de una estupidez hasta que arraiga en nuestro ADN y se convierte en parte fundamental del pensamiento ¿Quién no recuerda las oraciones que constantemente teníamos que repetir en nuestra tierna infancia?
Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa…, una y otra vez hasta que nos sentíamos sucios y culpables de los males de la humanidad. La base del éxito estriba en la repetición desaforada en el ambiente y escenario adecuados.
La última ocurrencia del Ministro en funciones ha sido descalificar el funcionamiento de su propio Ministerio - Policía y Guardia Civil -, de la Judicatura, la Fiscalía, el Consejo General del Poder Judicial, el Ministerio de Justicia y de paso aprovecha para cuestionar la separación de poderes. Todo porque los delitos de corrupción masiva comienzan a no ser una mancha en el PP sino que están convirtiendo al Partido en una tenebrosa mancha del sistema.
En sus declaraciones televisivas el Ministro (o Marcelo) atribuye intereses espurios a todos esos organismos del Estado insinuando que están al servicio de otras fuerzas políticas rivales.
La crítica, en realidad, va dirigida a los más de 22 millones de votantes que no otorgaron su voto al PP en las elecciones del 20 de Diciembre.  Para Fernández tan solo los 7 millones de sus votantes merecen respeto. La prédica en esta ocasión va encaminada a grabar a fuego en nuestras conciencias la solución buena para la Patria, pero solo para “su” patria, la de ellos, la buena la “como dios manda”, la de misa diaria y recortes sociales, la de medallas a la virgen y entorpecimientos a la Justicia, la que advierte a los socios europeos del peligro que acecha a sus inversiones si acede al gobierno una formación que no sea la ungida por el angel Marcelo, la que se defiende de la “peligrosa” invasión de inmigrantes sin papeles ocasionando su muerte en las playas de Ceuta.
Este y todos los ministros deberían estudiar con detenimiento el sistema parlamentario que tenemos en el cual no gana el que más votos tiene sino aquel que consigue parlamentarios suficientes para confeccionar una opción de gobierno. No gana quien obtiene 7 millones, por el mismo razonamiento debe admitir que ha perdido al tener 22 millones en contra.
Seguirá Jorge Fernández con sus peroratas y acusaciones, será imposible parar sus letanías, una vez ha abierto el melón de la repetición de una consigna continuará en su empeño hasta que el cansancio nos haga pensar que tiene razón. Los apesebrados  voceros le darán la difusión adecuada.
La única opción que nos queda es esperar que comience a pedir responsabilidades en su propio Ministerio y tome medidas contundentes cesando al Director General de la Guardia Civil por permitir que el cuerpo armado dedique una unidad tan especial como la UCO (veladamente acusada de estar dirigida por algún partido maligno)  para perseguir exclusivamente la corrupción del PP.
Por la misma razón los responsables policiales tampoco deberían quedar al margen de la mano firme y acción limpiadora del pio Ministro.
Claro que algo tendrán que decir el Ministro de Justicia, El Fiscal General del Estado, El Consejo General del Poder Judicial cuando han sido salpicados de inmundicia. Meditando un instante tendrían que llegar a la conclusión del feo papel que les ha sido atribuido por el Ministro en funciones.
La reacción de PSOE no se ha hecho esperar, inmediatamente pidieron la dimisión del Ministro; será en vano. Cuando estudiaron cantando la conjugación del verbo dimitir el pequeño Jorgito tendría paperas y llego a clase cuando ya iban por la segunda persona de singular… tu dimites, él dimite. Pidió permiso para ir al escusado y a la vuelta la canción continuaba en…  vosotros dimitís, ellos dimiten.
Seguramente los 22 millones que NO han votado al PP no necesitan que cesen o dimita el ministro, les basta con que NO le sea concedida mas prorroga, con acabar urgentemente con su condición de “Ministro en disfunciones”.

Ya no es necesario pedir su dimisión, con desalojarle democráticamente del Gobierno es suficiente.  Eso sí, cuanto antes. 

viernes, 19 de febrero de 2016

No me arrepiento

Como no podía ser de otra forma, las cadenas de radio y  televisión  subvencionadas, patrocinadas y sostenidas por la Conferencia Episcopal han desplegado toda su artillería con la finalidad de hacer suficiente ruido con tal de tapar las inmundicias que diariamente van saliendo y salpicando la vida política y social españolas.
¿Cuáles son esos medios informativos? Pues todos aquellos que directa o indirectamente reciben dinero de la Iglesia Católica española, ya sea como propietario, importante accionista o como reputado cliente que gasta un pastizal en publicidad institucional. Es decir, son poquitas las cadenas que escapan a la influencia del largo brazo eclesiástico.
Ahora bien, como quiera que la institución religiosa recibe (vía impuestos) la mayor parte de sus ingresos, o está exenta de sus cargas tributarias, resulta que al final entre todos estamos pagando los dispendios de medios de comunicación que se ocultan tras una supuesta privacidad de su capital social.   La Iglesia Católica en tanto y cuanto no se autofinancie en su totalidad no es una institución al margen del control ciudadano, o no debería serlo.
Con estos antecedentes nos encontramos a varias asociaciones – que tienen el apellido de cristianos o similares – las cuales han emprendido una ardua campaña contra todo aquello que ellos opinan se sale de la norma y moral que practican. Lo decepcionante del caso es que tienen eco en los tribunales y las querellas son admitidas a trámite. Se forman los tribunales, se llevan a cabo las vistas, se utilizan las salas, en definitiva se usan unos medios públicos de la Judicatura para restablecer el supuesto sentimiento ofendido de estos individuos.
Amparados en un caduco artículo del código penal (Art. 525) argumentan haber sido ofendidos en su sentimiento religioso por personas o hechos que no reconocen ni a su dios ni la supremacía de su creencia.
Para armar su demanda utilizan las declaraciones de testigos tan sectarios y visionarios como ellos mismos. En el juicio contra Rita Maestre declaró un testigo: “Como católico creyente, eso ofende a mi Dios”.
Y el señor católico creyente ¿cómo lo sabe? El testigo atribuye a dios la calidad de ofendido por el torso desnudo de Rita cuando, seguramente, el que se perturba es él ante la visión de una jovencita.
Naturalmente el ruido del juicio ocupó buena parte de la mañana radiofónica y televisiva. Siempre enfocando  la falta de respeto de la acusada hacia las personas creyentes. En ningún caso  se hizo mención a la falta de respeto de la iglesia hacia los ciudadanos que tienen que soportar ver a una institución privada sustraer espacios públicos - levantados con el sudor de todos y en teoría dedicados a la ciencia - para confortar a sus acólitos por si entre clase y clase les entra un apretón de misticismo.
No les llega con la infinidad de iglesias, parroquias, ermitas, catedrales…, de las que se han apropiado vía ley hipotecaria franquista revisada por el mentecato Aznar, que  necesitan invadir espacios con la finalidad de poder impartir en ellos sus supersticiones, creencias y majaderías varias, en lugar de  ser dedicados al objetivo universitario  previsto: la docencia.
Las reacciones que ha suscitado la protesta de Rita Maestre y de todos los que la acompañaban únicamente escenifica la falta de respeto que los radicales ultra católicos tienen por las formas de vida que cuestionan  la manera de pensar y vivir como “su dios” manda.
El verdadero drama y lo que provoca nauseas es que una institución (La Iglesia Católica), paradigma de la persecución a los avances científicos, al libre pensamiento y a la dignidad de la mujer, sea la que imponga en el Código Penal un artículo para la defensa de su catecismo por la  vía jurídica civil.
Ese camino sus prebostes obispales lo desprecian a diario llamando enfermos a los homosexuales, negando la condición de ser humano a las personas de color por carecer de alma (Teoría de las iglesias cristianas hasta hace cuatro días),  no concediendo derechos a las mujeres hasta que fueron ellas las lo que los conquistaron… etc. (Por cierto, la iglesia Católica tampoco les concedía la posesión de alma). Mientras los infinitos casos de pederastia que acosan  a los sacerdotes - célibes voluntarios - han sido ocultados por los mandamases purpurados rayando estos actos en claros   encubrimientos de  delito.

En esos casos tiran de la ley divina que se han inventado para purgar sus penas, un par de avemarías de penitencia y ya está. A los demás nos obsequian con leyes mundanas para darnos en el cogote. Torquemada sigue vivo y la Inquisición  bien vigente encarnados ambos en un asqueroso artículo del Código Penal.

lunes, 15 de febrero de 2016

Hasta luego Esperanza

No es para estar contentos, la lideresa nos deja empujada por los escándalos, vende su huida como un ejercicio de responsabilidad política cuando en realidad es una farsa democrática. Deja la presidencia regional del PP, sí, pero no abandona el poder.
Esperanza Aguirre “La lideresa” nos ha obsequiado con una nueva versión de la insolencia verbal que la caracteriza. Admite su responsabilidad “in eligendo e in vigilando”, nada más. Las cuentas no eran cosa suya. Nunca han sido cosa suya, siempre ha tenido rufianes a su alrededor para ocuparse de la suciedad. Los nobles no se preocupan del dinero, ¡es tan vulgar! Para eso tienen paletos a los que aúpan a puestos importantes aun cuando no den la talla mínima de decencia.
Defensora de las políticas ultra liberales de Reagan y la Thatcher, se siente un ser especialmente dotado para la dirección de la sociedad. Empeñada en desmantelar las estructuras del Estado no tiene ningún inconveniente en vivir de él durante prácticamente toda su vida activa. Comenzó en el Ayuntamiento de Madrid, continuo en el Congreso de los diputados, pasó por la Comunidad Autónoma madrileña y ¡oh casualidad! Volvió al Ayuntamiento. Absolutamente todos ellos puestos de remuneración pública. Extraño para alguien que no comulga con la gestión pública como  parte fundamental en la generación de riqueza.
Nunca le agradecerá bastante a Pablo Carbonell y a su sección del programa “Caiga quien caiga” su elevación a los altares de los medios de comunicación a través de los chistes a los que fue sometida por su falta de rigor al frente del Ministerio de Cultura. De las burlas obtuvo rédito en forma de escaparate para su lanzamiento. Nunca ha tenido mayor vigor la frase “Qué hablen aunque hablen mal”. De diana de la burla pasó a imprescindible en las parodias, se esperaba la sección de humor de Carbonell para conocer qué nueva metedura de pata había tenido la Ministra.
Ahora bien, la utilización mediática de sus torpezas siempre fue amable, cariñosa, dentro del quid pro quo establecido entre el burlador y la burlada. Muy alejado del acoso y derribo al que se vio sometido el Ministro Morán por los medios de comunicación afines a la lideresa.
Como cara conocida de su partido se la designó para luchar por la presidencia de la Comunidad Autónoma, al igual que Morán que compitió en elecciones locales por el Ayuntamiento. A ninguno de los dos les resultó suficiente ser los protagonistas de las mofas. Ni uno ni otra alcanzaron sus objetivos electorales, pero  Fernando Morán fue amortizado y Esperanza encontró la tabla salvadora en forma de extrañísimo vericueto urdido por dos diputados del PSOE: El Tamayazo.
Todo le vino de cara a raíz del suceso de los tránsfugas, con inusitada rapidez se echaron paladas de olvido sobre la conciencia de los electores, dejó de importar la estafa democrática y una vez más este doliente país premió la picaresca; lo debemos tener en los genes, castigamos a la víctima y premiamos al que obtiene ventaja del uso de la trampa ¡Así somos!
Dejaron de importar los expolios a la sanidad y educación madrileñas a favor de las empresas de sus amigos, las concesiones de contratos pasaron a manos de empresarios tan “insignes “como Díaz Ferrán (en prisión) o Arturo Fernández (imputado), ambos la denominaban “tía cojonuda”.
Múltiples consejeros de sus Gobiernos Autonómicos fueron procesados, multados, corregidos o encarcelados por la justicia.
Infinidad de actuaciones contra derecho acabaron en sentencias desfavorables, recordemos por un momento el caso de los cuidados paliativos mediante el cual destrozaron las vidas del doctor Montes y de 15 médicos del servicio de cuidados paliativos del Hospital Severo Ochoa acusados de haber cometido 400 homicidios. Difamaciones, insultos y acusaciones infames hechas de incognito con la aquiescencia de personajes de la catadura moral del consejero Lamela o sus voceros paniaguados, como el ínclito Miguel Angel Rodríguez condenado por llamar nazi  en un programa de televisión al propio doctor Montes.
López Viejo, Granados, Figar,… alcaldes, concejales, la lista sería interminable. Casos como La Púnica, la Gürtel, la sede del PP,… para qué seguir.
 Con todo eso aún tiene la cara dura de enviar un torpedo a la línea de flotación de su propio partido en forma de mensaje a Rajoy: “El sabrá muy bien lo que tiene que hacer”. Directo a la mandíbula, cuando más débil es la posición de Mariano, en el momento que los Barones del Partido acuerdan aguantar el chaparrón que se les viene encima hasta que la formación del Gobierno Nacional se dilucide, Esperanza ejerce de verso suelto y manda una andanada contra todos aquellos que un día le volvieron la espalda.
No se ha ido, ha pedido tiempo muerto, sentada en el banquillo toma aire y acumula fuerzas, el retorno tras el fracaso de Mariano para formar Gobierno será con mucha más virulencia que su pacifica salida.

Esta vez comete un clamoroso error de cálculo, una vez abandone el foco de atención y ni las cámaras ni lo micrófonos la busquen pasará a ser lo que nunca debió abandonar: Un personaje de ópera bufa elevado a los altares por los chistes de un humorista y probablemente acosada por algo más que una falta de “in vigilando”.

domingo, 14 de febrero de 2016

Va a ser que no

Sería conveniente empezar a colocar a cada uno en su sitio. De la derecha mediática sabemos que no debemos esperar objetividad informativa, con el pesebre no se juega. Ahora bien, deberíamos intentar que se vieran obligados a ser objetivos los medios de comunicación que se tildan de neutrales, hay que empezar a decir que existen otras formas de informar, que cuando un juez acapara la atención por dictar autos extraños debe ser obligado a fundamentar el auto con alguna coherencia legal y no arguyendo una sarta de incongruencias encontradas en el estercolero de su ideología.
El respeto a la JUSTICIA tiene que ser un parámetro de comportamiento sí, pero a la JUSTICIA con mayúsculas, no al simulacro con el que se nos obsequia un día sí y otro también por parte de tribunales tan politizados que únicamente les falta llevar la chapita del partido que les patrocina.
Hemos oído con más frecuencia de lo deseable la consabida frase de “respetamos y acatamos la sentencia aunque no la compartimos” pues si no la compartes ¿cuál es el oculto motivo que te induce a respetarla? acatarla entiendo que se haga; no queda otro remedio pero ¿respetarla? ¿Por qué razón? ¿En qué genoma de nuestro ADN tenemos grabado el respeto a las situaciones arbitrarias generadas por  la caprichosa interpretación que un individuo hace de determinado artículo del Código Penal?
Resulta de todo punto claro y notorio que nuestro sistema judicial necesita un urgente paso por la disciplina democrática, además de desfasado muestra una alarmante carencia de control de calidad.
El penúltimo capítulo lo hemos encontrado en el encarcelamiento de los dos titiriteros por orden de un magistrado de la Audiencia Nacional.
A una representación teatral cuya finalidad es denunciar la manipulación por parte del poder, un insigne al que tenemos que tener respeto, lo llama “enaltecimiento del terrorismo”.
Que el Fiscal y el Magistrado actores hayan encontrado en el espectáculo indicios de delito denota tal vocación por las piruetas que desempeñarían mejor su trabajo bajo la carpa de un circo. Que sean incapaces de entender la representación de las marionetas no convierte a los titiriteros en delincuentes.
La “gracia” de su señoría ha supuesto cinco días de prisión de máxima seguridad, incomunicados, acojonados y todo ello  ofrecido  por la gentil prescripción judicial. Cinco días, 120 horas, 7200 interminables minutos privados de libertad por representar una parodia con muñecos de trapo delante de un auditorio de aproximadamente una docena de personas ¡Una docena!
Al tiempo que esto sucede  los componentes del Gobierno en funciones buscan los micrófonos para volver una y otra vez a aterrorizar a la población con el advenimiento de las siete plagas si son desalojados de sus poltronas por mor de las matemáticas parlamentarias.
Tremendas desgracias nos esperan cuando Pedro Sánchez llegue, si es que llega, a cerrar acuerdos de Gobierno con fuerzas políticas afines. La política del miedo que tantos réditos electorales les ha proporcionado vuelve a primera línea aderezada con una pose que pretende exhibir firmeza ante los escándalos.
¡No se pasa ni una más! Exclama aireado Mariano, que pasa ¿hasta ahora se hacía la vista gorda? ¿Dónde tienen puesto el baremo? ¿Los titiriteros a la cárcel y los chorizos ya y tal?
La dureza judicial con la representación de las marionetas choca frontalmente con la falta de presteza a la hora de exigir responsabilidades a quienes muestran falta de diligencia en el cumplimiento de sus obligaciones. Recordemos el caso Madrid Arena, la alcaldesa de rebote - Ana Botella - resulta tan irresponsable como incompetente, le basta alegar ignorancia para verse fuera del proceso. Su responsabilidad como autoridad al frente del  Ayuntamiento no aparece por ningún lado.
A los Poderes Judiciales les importa un higo que los Organismos Públicos encargados del control de los espectáculos -  Ayuntamiento y Delegación del Gobierno – acrediten las correspondientes medidas de control  para regular la afluencia y así vigilar que no se sobrepase el aforo con el fin de evitar catástrofes. Para los Magistrados es escasamente relevante la angustia de los padres cuando sus hijos acuden a un espectáculo. Los Tribunales  están mucho más preocupados por las marionetas.
Debe de ser que emulando a Rajoy dicen: ¡Ya no pasamos ni una más! ¡A la próxima tomamos medidas!
Puestos a perseguir ensalzadores  me asalta la tremenda curiosidad por saber si  la Audiencia Nacional actuará con carácter preventivo y algún día tendrá el valor de Ilegalizar la Fundación Francisco Franco por ensalzamiento del golpismo. Aunque con jueces provenientes del antiguo Tribunal de Orden Público creo que va ser que no.


martes, 9 de febrero de 2016

Los titiriteros

Aunque nos pueda parecer una broma de mal gusto no lo es, la Audiencia Nacional ha dictado auto de prisión incomunicada y sin fianza para los “peligrosos” titiriteros que supuestamente enaltecieron el terrorismo durante el espectáculo que se ofreció en la Villa y Corte de Madrid.
Han ingresado en el Centro Penitenciario de Soto del Real tachados de delincuentes, anti sistema, por ser supuestamente alabadores de prácticas que ponen en peligro la convivencia social, pero sobre todo por crear el pánico. Porque en eso consiste el terrorismo: La ejecución de acciones violentas encaminadas a subvertir el orden establecido a través del miedo.
Pues sí, los magistrados han hallado en  la representación de las marionetas indicios suficientes como para inculpar a los autores de algo tan  grave como el “enaltecimiento del terrorismo”.
Repasando la obra, el guión, el atrezo, la música y las danzas de los muñecos no se percibe nada que sea más peligrosos que los Lunis o los Simpson, pero algo han debido encontrar los jueces que se escapa a nuestra percepción de los asuntos jurídicos. Me resisto a creer que sea el cartel de Gora Alka – Eta, porque – sin ánimo de frivolizar con un tema tan serio - de ser así estamos jodidos cada vez que los viejos nombremos a la vieja pes – Eta, hagamos referencia a las alcahu –Etas o nos de por irnos de var – Etas. Si la cosa va por el “al”, tendremos que dejar de nombrar la Al-hambra, no podremos comer al – cachofas y será delito tener en casa al – fombras.
No, no debe de ser la terminología de la escritura de las pancartas, tiene que ser algo de más enjundia, quizás el meollo radique en el argumento:
Una mujer en régimen de alquiler se resiste a una violación por parte de su casero…No creo que sea este el motivo, salvo que la dama lleve pantalones muy ceñidos en cuyo caso está pidiendo a gritos la violación y en consecuencia los magistrados opinen que su negativa a ser forzada es un desacato al veredicto de juzgados que se posicionaron en contra de las perversas provocadoras. Esta desobediencia – por parte de la mujer – puede derivar en un malísimo ejemplo para los pequeños pueden pensar los jueces.
La muerte del violador… tampoco parece de extrema gravedad, todos los días hay muertos en las noticias y no se prohíben los telediarios por escandalizar  a las criaturas.
El resultado de la agresión es un embarazo no deseado, esto puede ser el motivo ya que como son defensores de los derechos de la mujer (sobre todo los jueces lectores de “La Razón y El ABC”), no deben de entender que la protagonista no aborte. Pero…  que alguien no haga uso de sus derechos no es un delito, ¿O sí?
Nacido el niño, la iglesia intenta secuestrar al bebé para darle cristiano uso al neonato, lo mismo que ha pasado en España hasta bien entrados los años ochenta del pasado siglo según manifiestan los denunciantes de niños robados. Esto tampoco es una novedad que pueda herir susceptibilidad jurídico/mediático alguna.
La pobre madre se defiende como puede contra la Iglesia y se enfrenta con su brazo armado: La policía corrupta ¿Será por insinuar que puede haber eclesiásticos infames y policías corruptos? Tampoco parece que pueda ser esta la cuestión. Es una locura pensar que el motivo sea denunciar hechos que se han repetido en España con absoluta impunidad desde la noche de los tiempos.
Eliminados las causas anteriores ¿Qué queda? Pues habrá que retornar al cartel que, según el guión, coloca la policía para poder inculpar a la madre violada.
Esto debe de ser lo que los Magistrados de la Audiencia Nacional han visto como delito, les debe resultar inadmisible que se haga una representación denunciado las posibles manipulaciones policiales para camuflar abusos de los amos. Casualmente de eso se trataba la obra, de ejercitar una denuncia social.
El revuelo informativo ha provocado la comparecencia de la alcaldesa de Madrid pidiendo perdón por sus pecados, por los de la concejala de cultura y por todo bicho viviente del Ayuntamiento que hubiera tenido que ver con la dichosa farándula y Manuela califica la representación de espectáculo deleznable y el auto de prisión de exagerado, su intervención recuerda en demasía al juego de la siete y media: Por un lado se pasa y por el otro no llega.
¿Por qué deleznable? ¿Por el guión? ¿Por el horario? ¿Por el público?
La obra es tan clásica como casi todas las dirigidas a la infancia, unos malos malísimos que hacen la vida imposible a unos buenos que al final ganan, salvo que en esta ocasión los malos no son dragones ni brujos perversos, en este caso son poderes fácilmente identificables hasta para un niño. Los malos son el casero que puede ser perfectamente cualquier banco, este tipejo pretende abusar de la inquilina, como sucede casi todos los días en España con los desahucios. Los acontecimientos se tuercen para el abusador y acuden otros poderes (Iglesia, policía, judicatura) para castigar a la disidente.  O sea, lo normal.
Afortunadamente pierden todos los malos y ganan los buenos, igual que en la mayoría de los cuentos infantiles salvo, porque en esta ocasión, el bueno  es una mujer en lugar de ser un príncipe montado en un caballo blanco ¿Dónde radica lo deleznable? Ah sí,  esta vez los malos pueden tener caras y apellidos fácilmente identificables.

Y ¿el auto de prisión es solo exagerado? Carmena es jurista y seguro que de esto sabe bastante, tan solo le vamos a recordar que el juez Elpidio Silva (con bastantes más pruebas) envió a prisión a Blesa y le costó la carrera, el juez Garzón inició la Gürtel y está fuera de la judicatura.  El caso Gürtel ha derivado en el paradigma de la corrupción y  Blesa está híper imputado, tanto Garzón como Elpidio siguen expulsados de la carrera judicial ¿seguro que no hay otra calificación jurídica para el decreto de prisión de los titiriteros dictado por la Audiencia? Si Manuela reflexiona seguro que se le ocurre alguno, después tiene que atreverse a decirlo en voz alta y clara.

sábado, 6 de febrero de 2016

Los ofendidos

Allá por los lejanos días de 1977 se aprobó la ley para la reforma política que sería la semilla germinadora de la posterior Constitución de 1978.
Reunidos los constituyentes acataron sin grandes desacuerdos una de las disposiciones que dejó bien atada el Dictador: Su sucesor en la Jefatura del Estado sería Juan Carlos de Borbón a título de rey.
El desarrollo de los acontecimientos es de sobra conocido para que haya necesidad alguna de repetirlos. El hijo (Juan Carlos) se saltó la cadena dinástica por imposición del tirano y desplazó de sus derechos a la corona de España a su propio padre (D. Juan Conde de Barcelona). El hombre se debió quedar catatónico cuando se diera cuenta  que le acababan de birlar un Reino y se lo habían cambiado por un Condado.
Esta concesión al testamento del anterior Jefe del Estado no fue la única, hubo otras convenientemente camufladas en un halo de olor a democracia. España dejó de ser Católica, Apostólica  y Romana pero poco. Aparecía un Estado aconfesional sigilosamente tutelado por la jerarquía Católica para no perder prebendas ni privilegios.
De esta forma se refrenda el Concordato cambiando el nombre pero manteniendo la esencia: los Acuerdos de los años 76 y 79 se articulan mediante colaboraciones en materia educativa, surgen los conciertos con entidades religiosas de enseñanza y se estudia la subvención que debería concluir, con el paso de los años, en una total autofinanciación por parte de la Iglesia Católica; nunca se ha conseguido, la Iglesia se sigue sosteniendo a través de los presupuestos generales del Estado, sea el gobierno del color que sea.  
Estas carencias de nuestra Carta Magna siguen en pie porque la voluntad política está tremendamente alejada de hacer ningún movimiento que disguste a los poderes en la sombra, por ejemplo: el afamado Club Bildelberg con la reina Sofía entre sus miembros y a los Obispos, luz que guía a numerosos participantes en los Consejos de Ministros por su pertenencia al OPUS DEI u otras sociedades de similar pelaje.
¿Hacia dónde nos lleva esto? Pues a que al “Campechano” le suceda el “Preparado” sin que ni siquiera llegue a cuestionarse que esta forma de Jefatura de Estado fue dictada por un sátrapa que mantuvo al país en un estado de absoluto control después de alcanzar el poder por la fuerza y mantenerlo durante cuarenta años por el terror. Digan lo que digan personajes de la catadura moral de Mayor Oreja y sus comparsas revisionistas cuando califican el periodo como de “extraordinaria placidez”. Seguramente para él y su familia el calificativo es correcto, pero que el autor de la frase fuera nombrado Ministro es todo un síntoma de la escasa exigencia democrática de la que hacemos gala los españoles y ¡Ojo! Que estuvo a puntito de ser señalado por el dedo otorgador de Aznar, al igual que Rodrigo Rato que también pululaba por la libreta azul del mentecato.
El otro punto que quedó atado y bien atado ha sido la posición de la Curia Católica. Para ello nada mejor que dejar a la interpretación de los jueces la constitucionalidad de determinadas medidas, así consiguen con la indefinición que las posteriores modificaciones que ha tenido el Código Penal contemple artículos que llevan a otorgar a los Juzgados Ordinarios atribuciones parecidas a las que adornaban al Tribunal del Santo Oficio, el Artículo 525 del C.P. es una prueba concluyente.
Se refiere el mencionado Artículo a las penas por ofensas al sentimiento religioso. Concepto bastante ambiguo si atendemos a la definición que la RAE hace de sentimiento:
-          Impresión que causan en el alma las cosas espirituales.
-          Intuición o presentimiento confuso e irracional.
-          Parte del ser humano opuesta a la inteligencia.
-          Estado de ánimo.
Otra definición de sentimiento lo describe como estado de ánimo que se produce por causas que lo impresionan.
¿Cómo se puede ofender tan gravemente estas ambigüedades para que tengan que ser contempladas por el Código Penal? ¿Alguien  - excepto Mariló Montero que la encuentra en los riñones o hígados trasplantados - ha visto el alma?
La consecuencia es que aprovechando esta rendija, determinadas asociaciones inundan los Juzgados de querellas por ofensas contra sus sentimientos: Los religiosos católicos, los únicos susceptibles de ser ofendidos ¡que sensibles son!
La última presencia en los tribunales está teniendo lugar contra unas mujeres activistas en defensa de los derechos de la mujer. La cofradía del coño insumiso supuestamente ha ofendido la sensibilidad de la Asociación de Abogados Cristianos exhibiendo la imagen de una vagina enorme.
A los abogados cristianos les ofende la reivindicación que hace un colectivo femenino sobre la propiedad de sus cuerpos, sobre su derecho a decidir lo que quieren hacer con él, en cambio no dicen nada cuando el Obispo Echevarría otorga a su dios una condición de vengador injusto castigando a los hijos (discapacitados o subnormales según sus palabras) por los pecados de los padres ¡Vaya juez eterno que hace pagar a inocentes los delitos de los padres infractores! Eso sí que debería ofenderles, eso sí que es un insulto a la inteligencia.
O el otro Obispo que considera que los casos de pederastia que asolan a la institución se producen por la obscena provocación a la que son sometidos los pederastas por parte de los niños consentidores ¿Eso tampoco les ofende? ¿Ni que la Iglesia se apropie de bienes comunales en beneficio propio?
Tan solo se muestras dolidos en su sensibilidad con la exhibición de una vagina gigante ¡Qué curioso! Todas las ofensas están relacionadas con el sexo.

¿No será que de tanto vivir reprimidos ven brujas en todas partes? Naturalmente la pregunta es sin ánimo de ofender que hilan muy fino estos ultramontanos.