martes, 3 de noviembre de 2015

Pifias y pufos

Nuevamente inmersos de lleno en la pre-campaña electoral para concurrir a la cita del 20D, las ejecutivas de las diferentes formaciones han comenzado a articular su estrategia, uno (PP) con la idea de mantenerse, otro (PSOE) espera recuperarse y los llamados emergentes han llegado para  perturbar la pacifica alternancia que tan bien les viene al binomio dominador. Todos sacan sus mejores galas y adoptan lo que creen que van a ser medidas decantadoras de la voluntad de los electores.
El PP exhibe lo que quiere vender como milagro económico. Intenta taparse  las vergüenzas tras la cortina Pujol ¡Qué bien le viene a Rato y Rajoy que el foco apunte a otros! El PSOE sigue en la nube de González, en la mediocridad de Zapatero y sumido en el fango de sus contradicciones, nada nuevo.
El emergente naranja desplaza como preferido del capital a UPYD y las sociedades del IBEX 35 aportan su granito de arena  para abonar el crecimiento. Todo muy liberal.
Podemos entra en la puja y comienza a pergeñar  medidas que palien en lo posible el descenso augurado por las encuestas. Las encuestas ya han cometido el primer error, Podemos haga lo que haga crecerá, desde el cero absoluto cualquier porcentaje positivo será un incremento. Cosa diferente es que alcance las expectativas deseadas y provoque un ataque de nervios a algunos, o se quede corto  y puedan  aparcar sus miedos otros.
La primera medida tomada - por otra parte esperada – ha sido la de recuperar a su banderín de enganche haciendo retornar a Pablo Iglesias de su destino en el Parlamento Europeo al igual que en su día hicieron Teresa Rodríguez y Pablo Echenique.
Estos actos de poner rostro al Partido vienen a certificar con contundencia algo que ya era sabido: Las elecciones europeas sirvieron como probeta de laboratorio para experimentar e investigar que tan importante era el tirón del comunicador mediático, qué calado tenía su mensaje para, a partir del análisis de los resultados,   evaluar la fortaleza de una opción política que fuera capaz de dar voz y presencia social a los indignados con la situación del país y  a los desesperados por mor de su situación personal.
El experimento resulto un rotundo éxito, tanto fue así que de suplicar alianzas se pasó a menospreciar colaboraciones. Izquierda Unida, Equo y otras formaciones afines fueron desfilando por la sede de Podemos con la finalidad de confluir en las municipales y autonómicas, en unos casos vano intento, para otros tremenda decepción.
En ese momento, no sabemos si por engreimiento, soberbia o error de cálculo, se producen las primeras pifias en el desarrollo del proyecto:
Una es el retorno al laboratorio para continuar con el estudio, el objetivo es conocer con más exactitud qué grado de apoyo social tiene la formación del círculo. Para el análisis se acude en solitario a las elecciones autonómicas. Resultado: Podemos NO gobierna en ninguna Comunidad Autónoma.  Alcanza alguna relevancia en Andalucía, Aragón y Valencia. Muy lejos, lejísimos de sus expectativas en Cataluña. Su influencia queda sepultada bajo la apuesta del IBEX 35, Ciudadanos le disputa una parte importante de los desencantados. La transversalidad tiene estas cosas, a falta de ideología funciona la comodidad.
El techo de Podemos en el barómetro Autonómico se mueve alrededor del 15 % del electorado.
Otra pifia es la postura adoptada en la cita municipalista, repiten por activa y por pasiva que la formación no se presenta a disputar los Ayuntamientos. Pero claro, hay una serie de joyas que es imposible despreciar, Madrid, Barcelona, Zaragoza, Santiago, Cádiz…  como son ilustrados y politólogos reputados alumbran soluciones ingeniosas para no desdecirse y al mismo tiempo estar presente en la cita electoral, agrupaciones de electores, partidos instrumentales, recetas varias para retomar los tubos de ensayo y estudiar qué pasaría con una confluencia de idearios afines. Resultado: éxito atronador en los grandes municipios como Madrid, Barcelona, Zaragoza, Cádiz, Santiago,… con alcaldes de Podemos ¿Seguro que son de Podemos?
Las medidas imaginadas surten efecto en las grandes ciudades y en algunos municipios muy, muy pequeños, en el resto del Estado, en las ciudades entre 15.000 y 100.000 habitantes el desbarajuste es absoluto, el caos se lleva por delante a los círculos y provoca la desafección de los inscritos.
A posteriori parece un sarcasmo la exhibición de logros municipales y una burla la petición de esfuerzos a los previamente abandonados ¿es Podemos participe en el éxito e inocente en el fracaso? Si Iglesias y Errejón se atribuyen los éxitos de Madrid y Barcelona, ¿No serán igualmente responsables del fiasco cosechado en cualquiera de los  casi 7000 municipios en los que la formación corre el riesgo de convertirse  en una anécdota?
Las frases grandilocuentes quedan muy bien en un discurso o en una conferencia en la facultad de Políticas pero sirven de poco para la vida cotidiana. Asomándose a la ventana del aula se hubieran dado cuenta que para asaltar los cielos hacen falta escalas, cuerdas, torres de asalto, catapultas…, y todo eso lo acercan a las murallas los ignorados, los peones, los “curritos” en suma: las bases.
Ahora necesitan de los anónimos y promueven programas votados y consensuados en supuesta participación abierta. El nivel porcentual de contribución efectiva ha sido deprimente. Pocos y mal avenidos.
A su indiscutible condición de teóricos de la política le ha faltado bajar a las calles, la señora María no va a comprar patatas para hacer la comida de sus hijos con el “Núcleo Irradiador” de Iñigo Errejon es más, le importa un pepino el dichoso núcleo. La recogida de basuras de un pueblo no lo va a arreglar ningún catedrático desde la Moncloa. Lo que piden  las personas es una solución inmediata a los cientos de dificultades cotidianas, a los problemas que padecen cada día. No necesitan para nada una clase diaria de retorica filosofal.
Ilustrados en Ciencia Política se han saltado el prólogo de la lección. Al ser humano le preocupa infinitamente más el entorno cercano que la posible bienaventuranza lejana. Dejamos aquí unos ejercicios para su laboratorio:
Pregunten a la gente, no importa condición, raza, sexo, edad…, que les preocupa más: La prima de riesgo o la cuota de la hipoteca, el crecimiento interanual de la economía o el salario del mes, el PIB o la factura de la luz.       

Articular una gran confluencia no debe ser muy complicado si se tiene claro el objetivo, es inoportuno alegar como disculpa la improcedencia de convertir una candidatura en una sopa de letras, a los millares de famélicos que vagabundean por los contenedores de basura  les da igual que la sopa sea de letras, juliana, o de ajo, lo que quieren es ¡Sopa! No caigan en la tentación de cometer el  burdo pufo de camuflar la realidad y no pretendan darnos gato por liebre.

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