domingo, 6 de septiembre de 2015

Buscando una solución

Del autor de comunicados  tan impactantes tales que: “Son como hilillos de plastilina” o “Todo es mentira menos algunas cosas que son verdad”, nos llega ahora una nueva entrega que ilustra adecuadamente la categoría intelectual del personaje: “La lluvia está ahí, aunque nadie sabe de dónde viene”. ¡Toma frase para los anales de la ciencia!
El recorrido verbal de Marianico I “El indolente” está llenito de chascarrillos, ocurrencias, disparates y salidas de tono. Unas con poca gracia y otras con ninguna, pero todas, absolutamente todas, con un denominador común: Dejan al personal helado pensando que semejante individuo haya alcanzado la Jefatura de Gobierno de la cuarta potencia económica de la zona euro. Este país es descacharrante.
Cuando Mariano se posicionó en contra de las teorías que advertían sobre el cambio climático, sacó a la palestra a un primo, catedrático de Física,  para atribuirle una opinión científica en la cual dudaba del fenómeno climatológico. El pobre hombre tuvo que abandonar momentáneamente su anonimato docente para aclarar que el pariente ilustre - acérrimo lector de “Marca” - no sabía de qué estaba hablando.
Cuando estalló el caso Bárcenas se le ocurrió decir un trabalenguas para que nadie le entendiera “Nadie podrá probar que no es inocente”. A continuación llegaron los mensajes de “Luis se fuerte”. Toda una declaración de intenciones.
Con indicios y pruebas suficientes en su contra, el tesorero fue  puesto este a buen recaudo en Soto del Real. El Presidente del PP y también del Gobierno compareció en el Congreso de los Diputados para deleitarnos con un simulacro de responsabilidad y en un alarde de compromiso con el pueblo español pidió perdón por sus pecados, por su error, por confiar en una persona inadecuada.
Al igual que el rey emérito (El Campechano), Rajoy  utilizó el comodín del arrepentimiento y usó el “Lo siento mucho, me equivoqué”. Con semejante  frase despachó el asunto; esa resultó ser toda su reparación por no saber gestionar la tesorería del partido del Gobierno.  
A continuación, si hubiera sido necesario, podía haber utilizado la Biblia para decir: ¡Qué pasa, vosotros no os equivocáis nunca, el qué esté libre de pecado que tire la primera piedra!
Por una vez fue prudente callando, igual se lleva una sorpresa y le toman la palabra,  lo mismo le hacen caso y le lapidan antes o después de sellar la cartilla del paro los más de cinco millones de desempleados, sumados  a los casi trescientos mil desahuciados, unidos a los miles de desplazados en busca de una oportunidad laboral, contando con la ayuda de todos los cabreados por sus políticas de recortes, insolidarias, castigadoras de los desfavorecidos para premiar a los pudientes, políticas salvadoras de bancos y corporaciones empresariales a costa de los humildes, en definitiva todos los perro flautas (nombre despectivo utilizado por sus palmeros mediáticos).
Pero tranquilos, no volaran las piedras.
Aunque bien pensado ni siquiera sería necesario, con estarnos quietos podríamos arreglarlo todo  ¿Queréis el mundo? Ahí lo tenéis, para vosotros, metéroslo por donde os quepa. Cuando acabéis con él avisad.
Mientras desguazáis la esperanza de un mundo digno, nosotros nos quedamos aquí sentados, mirando el mar o las montañas, leyendo un libro viejo o mirando volar las moscas, sin hacer nada ¡Nada de nada! Ni trabajar, ni comer, ni ver la tele, ni encender la luz ¡Nada! Nuestros hijos no irán a la escuela ni nosotros a la oficina, no usaremos la visa ni abriremos cuentas en los bancos, no recogeremos cosechas ni ocuparemos nuestro lugar en las fábricas. No haremos huelga, simplemente nos quedaremos inactivos.
Quietos, inermes, esperando el final de esta pesadilla. Será un final que acabará con todo ¿Qué sentido tiene alargar la agonía? ¿Qué sentido tiene vivir unos años arrastrados ante los caprichos de la nobleza que nos acogota?
Caeremos nosotros y ellos también, son incapaces de encontrar sus propios calzoncillos en el cajón del armario. ¿Con qué dinero pagarán las eléctricas a Aznar o a Felipe si no se consume ni un vatio de electricidad? ¿De dónde sacarán  para sus dispendios y orgías los banqueros y sus lacayos cuando cesen los  movimientos de dinero? ¿Para qué servirá el dinero si no se utiliza? ¿De qué servirá explotar al tercer mundo si no se consume en el primero? ¿Qué harán sin servicio  los miembros de las familias Grandes de España incapaces como son de encontrarse los dedos de la mano?
Pero tranquilos, esto no pasará, estamos tan domesticados por años de docilidad que la elemental rebeldía que se le ocurriría a cualquier niño nosotros la tenemos olvidada. Haremos lo que nos dicen porque son siglos de inculcarnos obediencia, educación para el servicio en aras de un bien superior. Estamos tan amaestrados que no sabemos ni quedarnos inmóviles.

Seguiremos las normas de vivir “como dios manda” que diría Rajoy en otra de sus grandes alocuciones. Eso sí, lo manda su dios y lo hace a través de personajillos de su catadura moral, chambelanes de ese dios de chirigota que obliga a las personas a trabajar en condiciones infames para agrandar los beneficios de los que más tienen. Un dios que cada día desprende un mayor tufo a dinero.

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