viernes, 17 de julio de 2015

Un sueño

Es cierto que hay ocasiones en las que los deseos confluyen con la realidad. A veces pasa, pero poco. El hecho de repetir una y otra vez una monótona letanía para conseguir convertirla en dogma inmutable únicamente saben hacerlo  bien las diferentes iglesias que pululan por el mundo.
Sirva como ejemplo la franquicia católica que nosotros padecemos, (la saco a colación porque es la que tengo más a mano y es la que sufro), a fuer de insistentes y obligarnos a repetir el padre nuestro acabamos imaginándonos  un anciano venerable que cuida de nosotros, eso sí con mucha mala leche cuando se le contradice. Claro que las técnicas de la repetición las manejan con soltura los servidores de la sacrosanta institución,  ¡son siglos de experiencia! El resto de los mortales las utilizamos como buenamente podemos.
Pablo Iglesias fue elevado a la condición de  “Carismático líder”,  por obra y gracia de la “Apoteosis de Vista Alegre”. A partir de ese momento ha ido utilizando el resultado como si lo hubiera parido  la madre de todas las Asambleas. Debería tener en cuenta que cualquier acuerdo asambleario puede ser modificado por otro acuerdo asambleario, solo hay que tener voluntad y predisposición de aceptar el cambio para corregir el posible error o modificar el rumbo. Ni siquiera “Vista Alegre” es una verdad inalterable.
Con ocasión del proceso electoral para elegir munícipes la elite de Podemos repitió hasta la saciedad que su inmaculada concepción de marca NO se presentaba a las elecciones municipales. Hasta que los resultados otorgaron una significativa presencia de afines a la formación en los órganos de gobierno de los Ayuntamientos.
A partir de ese momento difunden unas directivas otorgando a los electos prebendas no alcanzadas  democráticamente ni en los círculos ni en las Asambleas. Cualquier concejal será participe de un órgano consultivo con el mismo peso específico que los Secretarios generales locales y por encima de los miembros electos de los Consejos Ciudadanos.
Claro que si no han concurrido a las elecciones ¿Por qué se atribuyen concejales? ¿Con qué autoridad les marcan obligaciones y comportamientos? ¿Cabe mayor contradicción? Pues sí. Lamentablemente sí.
Después de sufrir una ataque de incontinencia verbal “El Carismático líder” tildó de cenizos, perdedores, pitufos gruñones,…y lindezas varias a los promotores de Ahora en Común.
Naturalmente cuando uno la caga, es ley de vida que tiene que limpiarse el culo, por consiguiente la rectificación ha tardado poco en llegar. “Respeto absoluto por los votantes”, “tengo una gran amistad y alta estima por Alberto Garzón”, “tendremos que estudiar los espacios de confluencia” “haremos lo que los (¿?) de Podemos quieran”, las interrogaciones son porque en Podemos nadie es nadie excepto la dirección que son los únicos afiliados.
El resto es un ente extraño entre nada y nada. O sea, inscritos que es igual a nada o simpatizantes que es lo mismo que nada.
Pablo repite y repite su deseo “salimos a ganar las Generales”. Puede que haya caído en la tentación de confundir el sueño con la realidad.
La única verdad a día de hoy es la aritmética y atendiendo a los resultados de las Autonómicas los tozudos números dicen que Podemos alcanza con dificultad el 14 % del electorado. Lejos, lejísimos de ser una opción de Gobierno. Si me apuran está hasta lejos de ser un apoyo imprescindible.
La aritmética nos proporciona otra suculenta pista: las candidaturas municipalistas de confluencia ciudadana superan con holgura  el 20 % en bastantes lugares alcanzando - con apoyos - responsabilidades de Gobierno en ciudades tan eximias como Madrid, Barcelona, Zaragoza, A Coruña,… ¿Hace falta más?: Pues no, únicamente saber sumar.
No nos debería extrañar, desdichadamente no es nada nuevo lo que está sucediendo en la actualidad.  A la izquierda del PSOE existe un espacio político denominado de izquierdas. En este espacio se ubican las formaciones que pretenden una forma diferente de hacer política, lejos de las teorías neoliberales  del PP y de las liberales camufladas del PSOE. Pues bien, teniendo un objetivo coincidente  las escisiones provocadas por batallas de egos  son la moneda de uso corriente.
Olvidan con harta frecuencia que están en política exclusivamente para alcanzar el poder. Desde el poder es desde donde se pueden realizar cambios, pero antes es indispensable alcanzarlo.
La forma de llegar es a través de la ideología programática y de los caminos de confluencia.
Sin esas tres patitas de apoyo de la banqueta (ideología, caminos de confluencia y poder) el equilibrio únicamente da para llegar a ser una chicharra coñazo en el Congreso. La influencia en la elaboración de leyes y normas de convivencia será nula.
Claro que la compensación puede ser obtener un notable incremento de caché como figura televisiva. Esperemos que no sea esa la aspiración de Pablo Iglesias cuando se atreve a despreciar el número de votos que aportaría Ahora en Común, imagina que no superaran los 500.000 y dice que  por esa cantidad de votos nadie le va a chantajear, ¿cambiaría la cosa si fueran dos millones los votos?
Es como aquel caballero que se acerca a una señorita y le dice “señorita ¿se acostaría conmigo por un millón de euros? A lo que la aludida responde ¿En qué hotel?
El caballero saca su cartera y le da un billete de 20 euros mientras dice ¡vamos! la señorita muy ofendida grita ¡oiga, ¿por quién me ha tomado?! A lo que el caballero responde: eso ya está claro, ahora estamos discutiendo el precio.
Tampoco es difícil imaginar la cara de los dirigentes de Podemos si después de las generales la testaruda aritmética convoca una cumbre entre Pedro Sánchez, Alberto Garzón y Pablo Iglesias con la finalidad de formar una opción de Gobierno. Seguramente planeará la tentación de regalarle a Pablo un cuadernillo de sumas para decirle 2+2=4.

Aunque sí sumas antes de las elecciones - con la aplicación de la ley D´Hont – te das cuenta que se convierten en 6 y en lugar de humilde apoyo podrías haber sido el flamante apoyado.

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