domingo, 1 de marzo de 2015

El Combate de la Nación

El speaker, micrófono en mano, presenta a los contendientes:
En el rincón de la derecha, con un 26% de paro, una cesta inmensa de escándalos que salpican a su partido, un interminable deterioro de las condiciones de vida de los ciudadanos conseguido a través de furibundos derechazos al estado de bienestar, tenemos al campeón: Mariano “El señor de los hilillos” Rajoy.
En el otro rincón, también  de la derecha, el señor que no cree en la democracia interna y abomina de las primarias, un ser sin ideología definida, preso de sus propias incongruencias: Pedro “El ambiguo” Sánchez.
Comienza el combate con un ataque furibundo del “ Señor de los Hilillos” esgrimiendo a diestra y a diestra, los logros alcanzados durante tres años de legislatura, utiliza con profusión  las cifras macroeconómicas, para la economía domestica utiliza la cantinela de la herencia recibida.
Acaba el primer asalto entre vítores de sus seguidores aun cuando no le escuchen porque están entretenidos  jugando con la tablet.
Responde “El ambiguo” lanzando una andanada de “Barcenazos”, acompañada de varias remodelaciones fraudulentas de sedes del PP.
Como no podía ser de otra forma Mariano contraataca con sendos “Eres” lanzados a bocajarro para neutralizar “La Gürtel”.
Sin importar los mamporros que puedan recibir, ambos púgiles se lanzan a una ofensiva alocada en la que dejan al descubierto sus vergüenzas. No importa, las debilidades propias hay que taparlas con las miserias del oponente.
Exhaustos y cuando el debate sobre el Estado de la Nación ofrece como conclusión que el Estado de la Nación es terminal, los aplausos de las bancadas afines atruenan en el ring. Llega la hora del dictamen.
Los jueces debaten a quien otorgar la victoria. Momentos de reflexión. Poca reflexión. Los afines ven las verrugas del contrario y la inmaculada piel del propio ¿Importa lo que han dicho? La verdad es que importa poco.
Ambos han coincidido en un punto: su nerviosismo es manifiesto cuando intentan apalear a opciones que todavía sólo son una posibilidad. La llegada de nuevos actores les incomoda, pueden perder buena parte de sus sillones y dejar en la estacada a compañeros de fatigas que una vez descabalgados de los privilegios se darán cuenta del frio que hace sin el manto protector del puesto oficial.
Con el nuevo panorama político que están ofreciendo las diferentes encuestas el pastel va a tener un reparto muy diferente ¿Qué harán las colas de las listas cuando se vean fuera de la cueva?
La campaña electoral ya ha comenzado, “El señor de los hilillos” comienza a desdecirse de medidas adoptadas por sus ministros. La ley de tasas de Gallardón pasa a mejor vida, igual que su urdidor. La ley de la segunda oportunidad intenta contentar a las plataformas de afectados por los pelotazos Banquero/Inmobiliarios. Las promesas de miles de puestos de trabajo, que acompañados de los millones que pronosticó Esteban González Pons, llevará a este país a tener que abrir de par en par las fronteras de la inmigración pues no habrá suficientes trabajadores para tantos puestos que se van a crear. Naturalmente eso será ¡MA-ÑA-NA!
Del PSOE nadie en su sano juicio espera grandes cosas. Un partido atascado en la indecencia desde hace mas de tres décadas no tiene mucho que ofrecer. Desde la lapidación pública de Borrell el partido no ha conseguido limpiar su alma y quemar los vestigios de un Felipismo que le enterró en las profundidades del liberalismo económico más salvaje personificado por los ministros Boyer y Solchaga. Entre otros

¿Quién ganó? Espero que ninguno. Un estruendoso KO compartido por ambos haría que quien no perdiera fuera este vapuleado país.

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