sábado, 20 de septiembre de 2014

Rodeados de mediocres

¡Por fin! Una vez concluida la consulta soberanista escocesa el mundo volverá a girar. Durante una temporadita el universo ha estado parado esperando que los escoceses decidieran que querían hacer. Cataluña miraba con ojos de envidia y el Gobierno de Rajoy con ojos de reproche. Para los primeros era la demostración de que su aspiración era posible, para los segundos significaba quedar en evidencia ante el mundo.
Ahora, una vez llevado a cabo el proceso, llega la hora de los sesudos análisis por parte de los participes, artistas, artistas invitados, observadores y figurantes. Y en clave ibérica no podían faltar los aduladores, pelotas, arrastrados, y vendidos, vamos las principales cabeceras de la prensa nacional-católica y su recua de mansos.
El primer ministro escocés, el independentista  Salmond, ya ha anunciado su renuncia al cargo y a la presidencia del partido que ha auspiciado el proceso. Derrotada su iniciativa va a dejar paso a nuevas ideas que dirijan la formación política en el nuevo escenario que se ha creado. Ha tardado 24 horas en tomar esa decisión. En España cualquier político del bipartidismo bi-corrupto, bi-alienante puede tardar años en darse cuenta que su proyecto político es inviable y que no cuenta con el apoyo de los votantes. Son formas diferentes de percibir la realidad.
Por otro lado, parece que en la actualidad Cameron se encuentra en una situación comprometida por las promesas que hizo para que triunfara el NO y que ahora tiene que cumplir. En el Reino Unido tienen la fea costumbre de dimitir si no pueden hacer frente a sus compromisos políticos. En España solo dimiten los entrenadores de futbol y no siempre, a veces los echan con agua caliente.
Por otra parte si David cumple lo ofrecido,  no tardaran en levantar la voz otras nacionalidades que se considerarán atropelladas por la desigualdad de trato que pueda generar la nueva situación de autogobierno Escocés.
¡Caramba que atolladero! El Reino Unido  tendrá que solventarlo con la utilización de los resortes de la negociación política ¿Negociar aquí? ¡Vamos hombre! Hasta ahí podíamos llegar.
¿A cuento de qué viene toda esta diatriba? Pues efectivamente, como fácilmente se deduce, todo esto solo es el preámbulo de las odiosas comparaciones.
En España existen desde hace tiempo asuntos como el vasco y el catalán que entrañan alguna similitud con el proceso escocés, o por lo menos buscan el mismo objetivo: Alcanzar  la independencia de un poder estatal que les resulta incomodo y en ocasiones insoportable.
Sin entrar a valorar que la formación del estado español se produce mediante el derecho de conquista - en muchos casos mantenido por la fuerza - no podemos olvidar que la aspiración de autogobierno de los pueblos está recogida en la Carta Universal de los Derechos Humanos, lo que ha producido la corriente descolonizadora del último siglo.
Aquí nos encontramos con la reacción de dos gobiernos sostenidos por partidos de ideologías hermanas y comportamientos completamente dispares.
Mientras el gobierno de los conservadores de Cameron, en un alarde de respeto, educación y comportamiento democrático, permite que la ciudadanía exprese su opinión al respecto, el gobierno de  Mariano Rajoy se enroca en un supuesto inmovilismo de mandamiento constitucional que pone al país al pie de los caballos, obligando a los magistrados del Tribunal Constitucional a solucionar la papeleta y a ayudarle a salir del laberinto. Magistrados por otra parte dependientes de la voluntad de los partidos que les han colocado en el alto tribunal. Constatación: Independencia de poderes cero.
Que Rajoy es un ser sin talento político y carente del mas mínimo escrúpulo democrático ya lo sabíamos, hemos tenido innumerables pruebas de ello, con lo cual no sorprende lo más mínimo su análisis de los resultados alabando al pueblo escocés por su madurez y exquisito comportamiento democrático.
¿Qué pasa? ¿Qué no se fía del pueblo catalán para permitirle expresar la misma madurez democrática? No queremos ser malpensados y caer en la tentación de creer que, ya que el caladero de votos del PP en Cataluña es muy exiguo, el trofeo lo busca en otras partes del territorio nacional con el lema ¨Contra Cataluña nos unimos y votamos mejor¨. En la España profunda de toro y pandereta parece que eso vende.
No va a ser la primera vez, ni la última, que oigamos a los dirigentes populares alabar el sistema británico como modélico. Pues bien, además de poner nombre de políticos conservadores del Reino Unido a las plazas de Madrid podían fijarse, aprender  e imitar alguno de sus valores democráticos.
Si este comportamiento nos resulta vergonzoso, el de Jose Luis Rodríguez Zapatero no tiene desperdicio. En su intervención en uno de sus últimos cameos televisivos, cuando el presentador le pide su opinión sobre los resultados de Escocia se despacha diciendo que ¨ para llegar a este punto no había hecho falta recorrer ese camino ¨.
La misma reflexión se deben estar haciendo los delegados socialistas que le nombraron a él Secretario General del partido.
Para alcanzar los niveles de miseria, despilfarro, corrupción, incompetencia, servilismo con los poderosos y estulticia galopante que alcanzó la sociedad española con los diferentes gobiernos PSOE bajo el mandato de Zapatero, se podían haber ahorrado el proceso de primarias y haber designado Secretario General del PSOE a un simio de Madagascar, no lo hubiera hecho peor y en la actualidad nos ahorraría el bochorno  de oírle en televisión.

Ahora querido José Luis, ya sabemos cuál es uno de los riesgos de la democracia; cuando se elige a un mediocre todo lo que se recibe a cambio son los hechos y dichos de un mediocre.  Para prueba los últimos presidentes de Gobierno que hemos padecido y estamos padeciendo.  

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