jueves, 29 de mayo de 2014

El último que cierre la puerta

El pasado día 25 de mayo tuvo lugar una nueva fiesta de la democracia. Cada x tiempo los popes de la política nos dan un caramelico y nos dejan meter el papel en la caja para convencernos que somos pieza fundamental del sistema. Después, el día siguiente, lo votado sólo sirve para cambiar o confirmar caras. Las políticas que llevan a cabo las dictan otros poderes que nunca se someten al dictado de las urnas. De esa forma los programas por los que son elegidos se convierten en papel mojado, utilizan como escusa  que las condiciones para llevarlos a cabo no son las más adecuadas.
Ahora toca analizar los resultados de las elecciones europeas. En esas están los próceres de la patria con los coros mediáticos puestos a su servicio.
Reacciones de lo más variopintas:
Vale ganar por un voto, igual que es lícito ganar con un penalti injusto en el último minuto. El mensaje recibido es lo de menos, no importa la perdida escandalosa de votos, ni el castigo de los votantes. Hemos ganado y seguimos montados en la burra. Cañete dixit.
Ataques tardíos de dignidad que ponen de manifiesto la escasa visión política  de dirigentes acomodados en la poltrona que esperaban un cambio de viento para volver a navegar. El cambio de aire se ha producido pero no en la dirección que esperaban. Rubalcaba mediante.
Complacencia con disgusto mal disimulado por no alcanzar resultados previstos en su imaginario ante la caída cantada de los partidos con los que se disputaban el mismo espacio. Rosa Diez y Cayo Lara unidos en el dolor.
Llantos en soledad por no alcanzar previsiones hechas con escaso fundamento y solo alimentadas por palmeros de lo absurdo. Vox, Partido de Elpídio, …etc.
La expresión de la voluntad popular tenía preparada una sorpresa que ha provocado más de una urticaria. Un grupo de frikis, palabras de Arriola, con 1.249.000 votos frikis, con el máximo respeto de Arriola, se ha aupado hasta el 4º lugar en el ranking de formaciones políticas, en algunas ciudades y comunidades al 3º.
Y comienza el desfile de descalificaciones, ahora parece que no es prioritario el respeto a la decisión de los votantes.
En ese baile llama la atención la postura del mayor derrochador de caudal político que ha tenido este país. Un dilapidador de esperanzas que consiguió con su soberbia que un personaje tan mediocre como Aznar alcanzara la presidencia de gobierno.  Un personaje capaz de traicionar cualquier ideología, ¨hay que ser socialistas antes que marxistas¨, y no fue ni lo uno ni lo otro. Individuo capaz de vender fidelidades y amistades, Alfonso Guerra y Nicolás Redondo padre lo sufrieron en sus carnes. Un político dispuesto a retorcer sus propias palabras para alcanzar objetivos, ¨OTAN de entrada NO¨.
 González  se permite el lujo de opinar acerca de los resultados, descalificando las votaciones desde su retiro dorado con consejería de eléctricas incluida, en la que no sabe para qué está, pues se aburre mucho, pero sigue porque cobra una pasta.
El encantador de serpientes ha olvidado Suresnes, ha olvidado cuando  era un melenudo vestido con americana de pana… ha olvidado tantas cosas. No recuerda sus devaneos con uno de los principales causantes de la revolución Bolivariana, su amigo  Carlos Andrés Perez. ¿O si lo recuerda y lo añora? Qué peligro tiene la edad mal llevada.
A la orden de la voz de su amo, la vieja guardia del PSOE se ha levantado contra la insólita ocurrencia de Eduardo Madina de pretender que sean las bases quienes marquen la hoja de ruta de regeneración del partido. ¡Que desfachatez! Los Jauregui, Bono, Ibarra, Chaves han saltado como monos enjaulados temiendo perder sus silloncetes y mamoneos.

Paradojas de la vida, un Pablo Iglesias comenzó todo, y otro Pablo Iglesias puede finiquitarlo. El último que cierre la puerta.

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